Un gran acontecimiento marca la urbanística del siglo pasado: la desamortización de los bienes eclesiásticos y terrenos comunales. Esto dará lugar a la aparición de una "burguesía rural", además de proporcionar a Carmona su primer cementerio público, su primer mercado estable y la cárcel en el antiguo convento de San José. La llegada del ferrocarril, la aparición de algunas industrias relacionadas con la transformación de los productos agropecuarios marcarán el ritmo de la ciudad desde fines del XIX hasta la mitad del siglo XX.